Con apenas 22 años, Adrián Fabricio Huertas La Torre, estudiante de Administración y Negocios Internacionales en la Universidad Peruana Unión, decidió ampliar sus horizontes académicos y culturales realizando su pasantía en la Corporación Universitaria Adventista – UNAC. Su llegada marca un nuevo capítulo en la relación de internacionalización entre ambas instituciones y abre caminos de inspiración para otros jóvenes interesados en vivir experiencias similares.
“Actualmente estoy en el área de internacionalización, apoyando en algunos convenios que me han sido asignados. Esta es mi primera semana en Colombia y me siento feliz por la acogida recibida”, comentó Adrián durante la entrevista.
Una vida marcada por la fe y la familia
Adventista de nacimiento, hijo de Marcelo Huertas y Natalia Latorre, Adrián ha crecido bajo principios de servicio y valores cristianos. Segundo de cuatro hermanos, recuerda con gratitud el liderazgo de su padre como anciano de iglesia y la participación de su madre como guía mayor en el club de Aventureros.
Con sueños claros, asegura que uno de sus mayores anhelos es llegar a ser gerente o especializarse en estudios de posgrado. “Soy ambicioso, pero prefiero avanzar con paso firme y seguro, que hacer las cosas a la carrera y sin resultados sólidos”, afirmó.
Talentos y experiencias internacionales de Adrián Huertas
Su perfil no solo se limita al ámbito académico. Adrián habla portugués, aprendido en un viaje a Brasil, y cultiva pasatiempos como el deporte, el ejercicio y la resolución del cubo Rubik. De hecho, ya mostró interés en participar en competencias de este desafío mental, al enterarse de que en Colombia existen campeonatos nacionales e internacionales.
Antes de su pasantía en la UNAC, participó en salidas académicas en 2024 y en dos campamentos sudamericanos en Brasil, en 2014 y 2019, experiencias que fortalecieron su visión global y su identidad como joven adventista.
Adaptación y aprendizajes
La adaptación a la cultura colombiana, especialmente en lo gastronómico, ha sido sorprendentemente fácil para él. “Me adapté demasiado rápido, no he tenido ningún problema hasta ahora”, relató entre risas.
También compartió que, contrario a lo que muchos piensan, realizar un intercambio internacional no es tan difícil. El secreto, según su experiencia, está en cumplir con requisitos básicos como un buen historial disciplinario, actitud positiva y deseo genuino de dejar huella. “No se trata solo de turistear, sino de dejar una marca donde se ha estado y regresar con la frente en alto”, enfatizó.
Proyección futura
Actualmente en su décimo semestre, Adrián sueña con poder trabajar en Colombia tras culminar su carrera. “Si me desempeño bien y se me da la oportunidad de trabajar aquí en el área en la que estoy, lo haría encantado”, expresó.
Más allá de los retos económicos y documentales que implica un intercambio, Huertas sostiene que la clave está en la buena administración de los recursos. “Con todo el dinero del mundo, si no lo administras bien, de nada sirve”, concluyó.
Voces institucionales
La jefe de Planeación e Internacionalización de la UNAC, Esp. Saray Martínez Felizzola, expresó:
“La llegada de Adrián para realizar sus prácticas, nos llena de entusiasmo y compromiso: su aporte fortalecerá la internacionalización, dinamizando alianzas, movilidad académica y estructuración de procesos desde una perspectiva renovada y propositiva. Durante su estancia, el estudiante apoyará la consolidación de convenios, el análisis de buenas prácticas internacionales, el seguimiento de indicadores y la mejora de protocolos de atención a nuestros estudiantes internacionales. Esta vinculación reafirma el compromiso de la UNAC con la cooperación interinstitucional y la formación integral, potenciando oportunidades que trascienden fronteras y generan valor para nuestra comunidad universitaria.”
Este testimonio refleja cómo la internacionalización no solo fortalece la formación académica, sino también la visión de mundo de los estudiantes adventistas. La UNAC reafirma su compromiso de seguir siendo un puente para que jóvenes de distintas naciones vivan experiencias transformadoras en Colombia.